J. Luis Borges
10/13/2004
Después de un tiempo uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma.
Y uno aprende que el amor no significa recostarse
Y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos y los regalos no son promesas
Y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos.

Y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes...
Y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad

Y después de un tiempo aprende que, si es demasiado,
hasta el calorcito del sol quema.

Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en lugar de esperar que alguien le traiga flores.

Y uno aprende que realmente
puede aguantar,
que uno realmente es fuerte

Y con cada adiós, uno aprende.

escrit per Martona a les 18:52 | Permalink |   4 comentaris

 



4 comentaris:


a les 10/15/2004 10:40:00 a. m., Blogger Pableras va dir:

con cada adiós uno aprende

 

a les 10/18/2004 10:43:00 a. m., Blogger Cínik va dir:

ostres, Marta, aquest poema és maquíssim...i m'ha posat una mica melancòlica :(
Bueno, a tots els que se'ns ha posat la llagrimeta entre el poema i el dia tapadot que fa: ànimus i un petó molt gros des de la Cínik!

Avui m'agradaria estar en un Bungalow amb tots vosaltres bevent vinet, oi?

 

a les 10/18/2004 03:06:00 p. m., Blogger Martona va dir:

ohhh, meri!
no era la meva intenció que us posessiu melancòlics ( o si...)
avui m'he començat a llegir "vora el riu Piedra em vaig asseure a plorar" d'en Coelho i això si que fa posar melancòlic... estic entrant en crisi, necessito un bungalow urgentment, amb molt vinet i compartir-ho amb tots vosaltres!!

 

a les 10/18/2004 04:14:00 p. m., Blogger Pableras va dir:

yo becesito uba culdiba o un fdenadol o algo que me quite estos bocos. y quiero que vuelva el verano (o el otoño clemente) y las oscuras golondrinas a tu balcón. y un bungaloquesea estaría bien, pero me conformo con una estufa catalítica y un zumito de limón calentito con miel. un abrazo. El río Piedra no pasa por Calatayud.